El engrase de las locomotoras
Las
locomotoras eléctricas, cuyos movimientos internos son en su mayoría de
rotación, se engrasan fácilmente. Los motores diesel tienen movimientos de
giro y deslizamiento que se lubrican con técnicas automáticas muy probadas. Las
que presentan mayores problemas son las locomotoras a vapor.
El cojinete
de la cabeza de la biela transmite una gran fuerza desde la propia biela a la
rueda tractora, por lo que se calienta fácilmente. Lo que tradicionalmente se
suele hacer es instalar un pequeño depósito de aceite en la cabeza de la biela
tapado con un corcho, de manera que, con el movimiento, el aceite salta hacia
arriba cayendo parte de él por un tubito para empapar un fieltro instalado en
la superficie del cojinete.
La frecuencia
del goteo depende del número de capilares que se utilice al ajustarlo,
pudiéndose también dirigir estos capilares a diferentes tubos de engrase para
lubricar otros puntos desde la misma caja de engrase. Para engrasar las bielas
de los cilindros, se cepillan con una escobilla impregnada de aceite de una
caja de engrase.
Para engrasar
las superficies deslizantes dentro del cilindro y de la camisa de vapor, es
decir, el pistón y las válvulas, se lleva el aceite en un chorro de vapor utilizando
un atomizador alimentado por un engrasador mecánico.
Los
engrasadores mecánicos, situados normalmente sobre los cilindros, están
formados por un depósito de aceite y varias bombas pequeñas arrastradas por la
cruceta o por el mecanismo de distribución. Estas bombas envían aceite a
través de unos tubitos muy finos a un régimen de 57 gramos por cada bomba y por
cada 160 kilómetros.
El aguador
Una de las
locomotoras de los Ferrocarriles Soviéticos Revolucionarios de los años 20 era
una 4-8-0, que, normalmente, se calentaba. Para mantener los trenes en servicio
mientras se buscaba una solución, se añadió un hombre más a la dotación y se le
llamó "el aguador". Su cometido era recorrer la máquina cuando estaba
en marcha, rociando las partes que se calentaban con agua.
Ayuda al maquinista
El engrasador (lubrificador) visual es un ingenioso dispositivo situado en la cabina, en el que se puede
ver cómo salen las gotas de aceite por un tubito, con una frecuencia que se
ajusta con una válvula de regulación (normalmente, unas dos gotas por minuto).
Las gotas de
aceite de los engrasadores visuales y mecánicos pasan a un atomizador, que las
rompe por medio de un chorro de vapor antes de que se dirijan a los puntos de
engrase, a través de las tuberías correspondientes.
El maquinista
era siempre el responsable de que los depósitos de aceite estuvieran bien
llenos. En las paradas largas, debía recorrer el tren con una lata de aceite
en la mano, comprobando los niveles de aceite de las cajas de cojinetes, y comprobando
si existía sobrecalentamiento en las partes vulnerables. La calidad de los
aceites era diferente en el caso de que la locomotora utilizase recalentadores
o no, ya que los que lo utilizaban trabajaban a mayores temperaturas y
necesitaban aceites que no se quemasen.
Fuente: El Mundo de los Trenes - Ediciones del Prado S.A. 1997 - Madrid (España)
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