En este blog se mostrarán, sin respetar cronológicamente su fecha de fabricación, todo tipo de locomotoras: vapor, diésel y eléctricas con algunas de sus características (datos clave y técnicos, informe complementario, dónde verlas) como así también -algunas- cuando dejaron de prestar servicios. Sitio sin fines de lucro.

Fichero Técnico (VII)

La doble expansión

En las locomotoras de doble expansión, el vapor de la caldera se expande en el grupo de cilindros de alta presión y luego se va a un segundo cilindro del grupo de baja presión.
El propósito de la doble expansión es el conseguir la máxima potencia y efi­ciencia del vapor formado en la caldera. En las locomotoras de doble expansión, el vapor es admitido en los dos cilindros de alta y baja presión para conseguir un mayor porcentaje de recorrido del pistón que en las locomotoras de expansión sim­ple, para una expansión total dada. Los mecanismos de distribución convenciona­les limitaban la abertura de las toberas de vapor a los cilindros a cortos intervalos (el vapor entra sólo durante un pequeño porcentaje de la carrera total del pistón). Debido a esto, el vapor quedaba estrangu­lado frecuentemente, lo cual originaba una caída de la presión que llegaba a los cilindros y una pérdida de potencia en las locomotoras de expansión simple.
Las válvulas de distribución mejora­das, con mayores aberturas para el vapor, se abrían en cortos intervalos en las loco­motoras modernas de expansión simple y reducían la ventaja que les separaba de las de doble expansión; sin embargo, había otros factores que entraban en juego.
Los tiempos de apertura más largos que se utilizan en la doble expansión con­siguen también una presión de vapor en los pistones más uniforme, lo cual genera un momento de giro más en las ruedas acopladas y menores tensiones en los mecanismos de transmisión.
Cuando se divide la expansión del vapor en dos etapas, se reduce la diferen­cia de temperatura entre el vapor que entra y el que sale de los cilindros y tam­bién en las paredes del cilindro, mientras que en las de expansión simple hay una caída inicial de temperatura mayor. Las pérdidas por escape de vapor son meno­res, y si hay alguna después de los seg­mentos del pistón de alta presión, este vapor va al grupo de baja presión donde es eficazmente aprovechado.
Sin embargo, después de 1905, la supe­rioridad de las locomotoras de doble expansión fue puesta a prueba con la introducción de los tubos recalentadores de Wilhelm Schmidt. Este sistema solu­cionó, en gran medida, el problema de la pérdida de potencia debida a la condensa­ción en los cilindros de las locomotoras de expansión simple, y también consiguió incrementar la potencia máxima alrededor de un 20%. A partir de 1908, se instalaron recalentadores en las locomotoras de doble expansión, lo que supuso un gran ahorro de carbón.
Arriba: La doble expansión empezaba cuando se abría la segunda válvula del regulador. El vapor vivo (naranja) entraba solamente en el cilindro de alta presión. Después pasaba, como vapor de baja presión (amarillo) a los dos cilindros de baja presión, a través del colector de baja presión. Finalmente, el vapor utilizado era expulsado al exterior (crema).
Abajo: Poco antes de la Segunda Guerra Mundial, la 4P. 4-4-0 N° 1101 de la LMS arrastra un tren local en Penrith. Esta Serie de 240 locomotoras fue la única de doble expansión fabricada en Inglaterra; llevaba un cilindro de alta presión entre el bastidor y dos de baja presión por fuera.
Las ventajas de la doble expansión
Las primeras locomotoras de doble expansión de éxito fueron tres 0-4-2 construidas en 1876 para el ferrocarril de Bayona y Biarritz, en el sudoeste de Francia, según diseño del ingeniero suizo Anatole Mallet. Las pruebas realizadas entre locomotoras de doble y simple expansión mostraron que las primeras consumían entre un 12 y un 15% menos de carbón y agua, desarrollando una potencia máxima un 20% mayor que las de expansión simple.
Fuente: El Mundo de los Trenes - Ediciones del Prado S.A. 1997 - Madrid (España)

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